23 septiembre 2006


Cerillo no perdona. Cerillo tiene hambre. Hoy me toca cocinar. Yo creo que cuando el hombre dejó de ser recolector o cazador empezó la cocina. Debería ser así.
En mi memoria reciente, la que dispongo y la que me imagino con total nitidez, hay un plato que existe en todas las cocinas del mundo. Un puchero donde se mete todo lo comestible que tenemos al alcance. Una olla podrida que nunca se acaba.
Otro plato que existe en todas las cocinas ya mas sofisticado es la carne triturada, aderezada y servida en bolas, flanes, o tortas, guisada, frita o asada, con salsas, sola o acompañada de otros mil ingredientes, en fin: esto que acabo de guisar

4 comentarios:

Israel Centeno dijo...

Anoche comí cocido, y pulpo gallego en una de las pocas tascas reales que van quedando en Caracas; tomé vino y luego no pude dormir. Hoy me atrae seguir en la marcha hedonista, pero estoy viejo. A ver que se hace, quemar caloría para alimentar el horno. Qué tonta la gente que pretende detener los procesos de oxidación con cadios y ginko biloba.
saludos

fgiucich dijo...

Gracias por visitar mi casa y dejar tus comentarios. Volveré. Saludos.

Melvin Luzardo dijo...

Se ve muy bueno eso que cocinaste, como me caería de bien comerme algo así, con el hambre que tengo. No puedo, voy saliendo de una colitis y tengo que comer puras vainas simples.

Gracias por visitar mi abandonado blog Cerillo, te estaré leyendo.

ecasual dijo...

Hay cocinas que son un claro reflejo del caos.
Saludos