Entender, que salvo yerro es uno de los caminos del saber, consiste muchas veces solo en asumir. La mecánica es sencilla y lo nuevo la desencadena.
Lo nuevo nos fascina pero nos crea problemas. Eludo hoy el porqué nos fascina.
Asumo que, si por nosotros fuera, moriríamos al nacer si nos diera por entender la vida como se desprende del relato indio.
Dice la sabiduría india que andar es más cómodo que correr, que sentarse es mejor que estar de pie, que mucho mejor se está tumbado que sentado, mejor dormido que despierto, mejor al fin muerto que vivo. Da miedo pero es cierto.
¿Quién dijo que la culpa del progreso la tiene la holgazanería, la comodidad?
Somos holgazanes y aquí me incluyo junto a los hiperactivos, los ambiciosos y a los trabajadores incansables. Dejémonos de cuentos, todos queremos ser miembros horarios del ministerio del bienestar social.
Lo nuevo, las novedades son las que nos obligan a estar alerta y nos impiden seguir con nuestra querencia habitual, estar atontados, con el piloto automático puesto.
El puto instinto de supervivencia nos despierta violentamente de nuestro estado vital preferido, o sea dormidos o durmiendo (que Cela lo decida desde el cielo).
El instinto recela de lo nuevo y me obliga a trabajar (que lata) con el cuestionario (y aquí empieza la mecánica maniquea) y bien provistos de etiquetas.
La maldita novedad nos pone en alerta:
Grado primero, estado de atención máxima, ¿tiene o no tiene peligro?
Grado segundo, estado de atención normal, ¿qué gano o que pierdo?
Grado tercero, estado de atención irritado, ¿porqué coño me sacan de quicio?
Bien etiquetado y con las presumibles cartas al director por sus desconsideraciones varias a lo establecido, con el instinto apaciguado y la atención maltrecha y agotada, archivamos la novedad una vez asumida, la conocemos, no es peligrosa y al final igual será de la familia.
Muchas veces creemos que sabemos cuando lo que hemos hecho es simplemente asumir. Quizás es lo mismo.
Efectos colaterales. La actividad decrece con la edad por culpa de que el conocimiento anquilosa y si o fuera porqué el aburrimiento o la saturación nos inclina a buscar cosas diferentes, en cuatro días tendríamos la faena hecha y estaríamos perfectamente preparados para el sueño eterno.
Lo nuevo nos fascina pero nos crea problemas. Eludo hoy el porqué nos fascina.
Asumo que, si por nosotros fuera, moriríamos al nacer si nos diera por entender la vida como se desprende del relato indio.
Dice la sabiduría india que andar es más cómodo que correr, que sentarse es mejor que estar de pie, que mucho mejor se está tumbado que sentado, mejor dormido que despierto, mejor al fin muerto que vivo. Da miedo pero es cierto.
¿Quién dijo que la culpa del progreso la tiene la holgazanería, la comodidad?
Somos holgazanes y aquí me incluyo junto a los hiperactivos, los ambiciosos y a los trabajadores incansables. Dejémonos de cuentos, todos queremos ser miembros horarios del ministerio del bienestar social.
Lo nuevo, las novedades son las que nos obligan a estar alerta y nos impiden seguir con nuestra querencia habitual, estar atontados, con el piloto automático puesto.
El puto instinto de supervivencia nos despierta violentamente de nuestro estado vital preferido, o sea dormidos o durmiendo (que Cela lo decida desde el cielo).
El instinto recela de lo nuevo y me obliga a trabajar (que lata) con el cuestionario (y aquí empieza la mecánica maniquea) y bien provistos de etiquetas.
La maldita novedad nos pone en alerta:
Grado primero, estado de atención máxima, ¿tiene o no tiene peligro?
Grado segundo, estado de atención normal, ¿qué gano o que pierdo?
Grado tercero, estado de atención irritado, ¿porqué coño me sacan de quicio?
Bien etiquetado y con las presumibles cartas al director por sus desconsideraciones varias a lo establecido, con el instinto apaciguado y la atención maltrecha y agotada, archivamos la novedad una vez asumida, la conocemos, no es peligrosa y al final igual será de la familia.
Muchas veces creemos que sabemos cuando lo que hemos hecho es simplemente asumir. Quizás es lo mismo.
Efectos colaterales. La actividad decrece con la edad por culpa de que el conocimiento anquilosa y si o fuera porqué el aburrimiento o la saturación nos inclina a buscar cosas diferentes, en cuatro días tendríamos la faena hecha y estaríamos perfectamente preparados para el sueño eterno.
10 comentarios:
Ay, Cerillo, me descolocas un poco... Prefiero la actividad y creo que elegiría una dosis de novedad diaria frente al aletargamiento cotidiano...
Tu cuadro me parece maravilloso, ahí no hay titubeos.
Un abrazo
Todo es cuestion de asumir. Siempre estamos asumiendo, dando por hecho,por prehecho.
Bueno....asumir, lo asumo....pero no me resigno, intento que cada día tenga un mensaje nuevo....
B x C
No se' si interprete' bien lo que lei'...Yo peleo mucho con la realidad y la creatividad me da' siempre soluciones para negociar..pero en el caso de entender y asumir, yo creo que se trata de entender los riesgos y asumir las consecuencias...porque todo se paga de una forma u otra sea la hiperactividad sea la holgazaneria...todo lo nuevo implica un cambio.
!!Hola Cerillo!!Me encanta el cuadro del post anterior, como se titula?
Un abrazo!
La novedad, incluso la peligrosa es siempre estimulante, en el sentido que nos incita a conocer sus efectos, ó, a descubrir sus debilidades.
Si nos atenemos a la teoría Heraclitiana cada día es nuevo y por tanto las cosas que lo componen, incluidas nuestras propias celulas. Lo que pasa es que no todo se presenta como una novedad sino que a veces, la casualidad o nuestra propia curiosidad saca a la luz determinadas cualidades desconocidas en algo que creíamos conocer.
Asumir creo yo que es algo un poco más profundo que entenderporque, a mi modo de ver, exige una actitud activa, además de la simple contemplación de la esencia de las cosas.
No sé si esto viene a cuento pero es lo que se me ha venido a la mente así a bote pronto.
Un abrazo
GRANDE
Asumir siempre, es un aburrimiento.
Asumo que soy guapa, lista, divertida y peleona.
No pienso asumir ninguna cosa más.
Interesante la teoría India. Para pensarla. Detenidamente. jeje ...
Yo creo que todos los días se aprende algo nuevo, por ejemplo.
por ejemplo ...
sito otra vez la esponja: absorbemos, automaticamente o involuntariamente o forzadamente o necesariamente, todo lo nuevo, y escurrimos lo innecesario , lo chorreamos. Así hasta el fin.
hola gran amigo, un abrazo para vos.
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