En la inconsciencia consciente que me embarga poco después de despertar mis razones lucen transparentes. Sólo existe mi universo, pienso, y existe en su totalidad y particularidad. O sea que es único, que no hay otro, que no lo puedo remplazar. Este universo particular que nos resulta a menudo risible en los demás es el único que existe. Esto es de una simplicidad incuestionable, una realidad aplastante. El problema está en que mi universo, el muy malandrín, no es inmutable. Mi universo recibe el influjo otros universos, al punto en verdad incomprensible de que con su contacto pueden hacerme dudar de la veracidad del mío. Mi universo es influenciable, pero tiene su carácter y en contraposición a los ataques que recibe sin cesar, ataca a universos parecidos con la intención que asuman como bueno el mío.
Mi universo muta por culpa del caos que no para quieto y también porqué no es estanco, por culpa pues de sus propiedades osmóticas. Mi universo inapelablemente construido a base de interaccionar con todos los elementos posibles, usa unas claves de conocimiento transmitidas a base de sinergias con mundos parecidos en el transcurso del tiempo.
Somos el único ser real, en un solo universo cierto, pero este universo inmenso que nos aplasta con su soledad cósmica busca la compasión de la compañía a través de líneas o puntos de unión, y a fe que los encontramos, sea animal, mineral o estrella lo que intentemos contactar. Aunque nunca tendremos los suficientes sentidos ni reales ni ficticios para abrazar en comunión lo que existe, lo que sería una realidad perfecta y única, no nos privamos con los medios que disponemos en intentarlo sin descanso.
Mi universo muta por culpa del caos que no para quieto y también porqué no es estanco, por culpa pues de sus propiedades osmóticas. Mi universo inapelablemente construido a base de interaccionar con todos los elementos posibles, usa unas claves de conocimiento transmitidas a base de sinergias con mundos parecidos en el transcurso del tiempo.
Somos el único ser real, en un solo universo cierto, pero este universo inmenso que nos aplasta con su soledad cósmica busca la compasión de la compañía a través de líneas o puntos de unión, y a fe que los encontramos, sea animal, mineral o estrella lo que intentemos contactar. Aunque nunca tendremos los suficientes sentidos ni reales ni ficticios para abrazar en comunión lo que existe, lo que sería una realidad perfecta y única, no nos privamos con los medios que disponemos en intentarlo sin descanso.
4 comentarios:
Por forturna no es inmutable y proviene del caos y en él habita.
Cada universo intentándo contactarse con sus patitas como tentáculos, aproximándose, con miedo, con fobias a dejarse tocar y diluírse en el otro.
Cada uno parapetado en su propio castillito de cristal, echando un ojo al afuera, pispeando, sintiéndonos en las antípods y en la razon universal, mientras nos pulverizamos de dudas.
Sabés, Cerrillo?
Algunas veces, al leer ciertos blogs, siento que es acá donde está lo mejor de la literatura contemporanea.
Me llevó muchos correos electrónicos convencer a un australiano que conocí en Canadá que el agua desaparece por nuestros desagües en sentido inverso al de su país. Supongo que ahora está wikipedizado, lo del agua. Eso por lo que respecta a mis contactos con otros mundos y por lo que respecta a lo objetivo. Por lo que respecta a lo subjetivo y mi despertar, yo a veces parece que en vez de despertar resucite. Parece que en vez de haber estado dormida hubiera estado muerta y no sé quien soy, si tengo que ir a trabajar (que suele ser que sí) y me produce una enorme extrañeza incluso la habitación que atravieso como un decorado buscando alguna certeza real, alguna pista.
Mi universo acaba de hacer contacto con el tuyo
Creo que el caos es necesario y que el cambio representa, además, de la crísis un crecimiento permanente. Caso contrario, ese "universo doméstico", sería muy aburrido. Abrazos.
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