11 octubre 2007

El aprendizaje


La imitación para bien y para mal es parte importante en las rutinas seguidas en el aprendizaje. A uno le entra el gusano de hacer algo abducido por un modelo, por una obra, por una habilidad. Así el entusiasmo que nos genera algo concreto es lo que puede provocar una vocación. Lo que admiramos queremos imitar con habitual poca fortuna, si por casualidad destacamos desde los primeros intentos, tenemos madera de genios.

¿Porque me cautivó el dibujo? No es pregunta que pueda contestar con facilidad, las cosas nos gustan o nos repelen sin motivo aparente. En principio no valoramos estas cuestiones, luego, mas tarde, adornamos estas querencias a bote pronto con un montón de estupideces. Mi afición de pequeño era copiar dibujos de tebeos, encendía mi imaginación y la excitaba con mundos desconocidos. El regocijo de la familia por las dotes artísticas de sus cachorros también cuenta para mantener la ilusión necesaria para practicar cualquier afición.

Pienso que a pesar de afectos, facilidad, tendencia o habilidad, lo que se consolida como vocación, lo que le da el sentido religioso que toman las actividades que se nos vuelven esenciales, es la lucha en soledad, las dificultades que penamos cuando tratamos de exprimir nuestras habilidades. Esta lucha es otra vida paralela a nuestra vida activa, nos sirve la mayoría de las veces para afianzar valores y creencias intimas y nuestra actitud frente el mundo.

Es mas tarde que he percibido, que este trayecto desde el aprendizaje hasta una pretendida maestría tiene mecánicas comunes sea cual sea la actividad estudiada y que es probable que la comprensión de sus engranajes habilite facilidad para más de un envite. Estarán luego nuestras condiciones particulares y nuestro bagaje cultural pero el camino es parecido.

El momento crucial de un aprendizaje es cuando ya no necesitamos parecernos a nadie. Cuando disponemos de la claridad y los recursos necesarios para transmitir nuestras soluciones o mensajes. Por desgracia, como en todo, este punto es nuestro cruel límite y declive.

Cuando Joan se deja de fórmulas y me cuenta sus ritos para resolver sus problemas informáticos me recuerda mi manera de enfrentarme a los dibujos. Soluciones milagrosas y creativas nunca aparecen de la nada, acostumbramos a llegar a ellas por caminos muy trillados. Aparecen cuando el rompecabezas que formulamos tiene todas sus piezas y encajan en un instante mágico.

El ingenio necesita mucho material y lucidez para sacar algo aparentemente sencillo. Algo que una mirada ingenua admirará lo suficiente para intentar imitar lo que por parecerle fácil dedicará luego, parte de su vida en aprender a dominar.

10 comentarios:

María Dubón dijo...

Suscribo tus palabras porque, aunque me dedico a la literatura, me siento incluida en la descripción que haces del proceso creativo.

No lo dudes, en cada dibujo dejas trazas de lo que eres y también en lo que escribes. A mí, tus dibujos y tus letras me transmiten sinceridad, haces lo que te sale del alma y por eso tu trabajo trasciende.

He llegado a esta página por casualidad, pero volveré a visitarte. Un cordial saludo.

Índigo dijo...

Me encanta el resultado del proceso. Es precioso este cuadro y estoy de acuerdo con lo que dices.
Saluditos

humo dijo...

No te olvides de la resistencia a la frustración, imprescindible para el aprendizaje y de la necesidad de expresarse...

amart dijo...

Aprender de los maestros, imitarlos, copiar, reconocer la incapacidad propia ante los monstruos, volver a intentarlo, perseverar, asumir como propio lo que nos transmiten, incorporarlo a nuestro torrente creativo. Sólo entonces... olvidarlo todo y seguir trabajando con ahínco hasta descubrir el lenguaje propio.
Un abrazo.

grande dijo...

Muy grande!!!

Saludos enoRMES

alida dijo...

El aprendizaje es continuo, y lo de trasmitir lo que aprendemos no es el fin porque muchas veces nos ilustramos de otros
Tus imágenes siempre la detallo buscando tanto y a la vez aprendiendo
Espectacular la de hoy, bueno como las otras
Un abrazo desde mis uffsss

fgiucich dijo...

Imitar es una forma de aprender; el problema es el contagio si es que uno no sabe, a tiempo, crear por su cuenta. Abrazos.

Lara dijo...

Hay influencias que corren por la sangre, desbocadas.

Todos los dibujos son tuyos, imagino. Me gustan mucho. Sin teorías ni excusas.

Por cierto: el del vídeo no serás tú, ¿no?

Un saludo...

Cerillo dijo...

Lara, no, no soy, para nada el del video y si soy el autor de todos los dibujos.

celebrador dijo...

En las artes marciales se llega por el mismo camino

Practicar, practicar y praticar la "forma perfecta"... para llegar a un punto en donde la forma ya no es necesaria