10 noviembre 2007

Insomnio en noviembre


Si pudiera quitar un mes del calendario dejaría el año sin noviembre. No me extraña que sea tiempo de celebración de los rituales de difuntos. No me gusta su trato agónico con el día, ni el oblicuo sol que abate en el horizonte, ni la languidez que me asalta sin remedio en su reinado

Puta, putas palabras. Llevo toda la vida pensando y aun atento a ello, no discierno si articulo voces o si son solo fugaces imágenes o bien abstracciones inenarrables lo que me domina. Ayer por la noche, como ángel caído, pisaba de puntillas el desolado suelo del abismo acosado por el insomnio. Buscaba de entre este entramado de sucesos al que llamamos vida, consuelo, y me sorprendí salto a salto, que insistía en los mismos lugares comunes y que estando como están sometidos a una pesada y constante petición de auxilio se resbalaban bien lisos y bruñidos. Colgado en el vacío, deslizándome de un manoseado argumento a otro sentí un justo ridículo. Quizás todo fuera debido a que acaba de oír en boca de alguien el firme deseo de cortar con la concurrencia de pensar y convocaba a quien le cegará el discurrir, convocaba a la que al fin sirve al incrédulo, un crédito de silencio.

La sensación melancólica es caer y el pozo es negro, no obstante apoyándome en las palabras, figuro la caída como un regreso. Esta vuelta al origen donde debería hallar las claves de lo en que me he convertido, es un paraje muy parecido al del éxito pero sin público ni aplausos. Como este, no hay ni sirve de nada. Y si recuperas el día que sigue a la noche, abandonado inerte a una silenciosa caída de arena, cuando la noche invoca el alba, olvidas y te prometes un generoso espacio de tiempo, prieto de ocupaciones elaboradas con la oculta intención de gozar de múltiples formas de evasión y mientras te asista la voluntad de defender o amar a una sola de estas ilusorias parcelas ya mereces vivir y éste, solo éste vivir ilusionado es tu premio.

Tuviste una mala noche me digo luego, por la mañana, mientras recupero aliviado el día que se mece en lento movimiento, como si proyectara escenas cinematográficas a cámara lenta, como si las imágenes o los sonidos llegaran como ecos de lugares perdidos. Esto es bueno, me digo mientras siento el sol o el frío o la voz. Adquiere el día contraste lívido y me recuerda la imagen impactante que leí hace poco en que aseguraban que en un período de juventud del universo, justo cuando la materia se revolvía en turbio caos se fundió el magma primigenio y en un increíble y monumental momento mágico se volvió de pronto transparente. Nada quedaba oculto en la inmensidad del cosmos, característica de la que se apropió celosa el agua pues al dejar de hervir abandona el encubridor y agitado movimiento y al quedar inmóvil, aparece pura y diáfana y así se conserva hasta que el frío la contrae en cuerpo duro, opaco y complejo.

Y así me dio por pensar que cuando los pies temblorosos transitan hacia el olvido, mientras el receloso cuerpo sufre los embates físicos que no dejan espacio a arbitrariedad alguna, se fija la vida en su líquida superficie, pues lo real se circunscribe a los retazos de sol y frío, hambre, soledad o compañía al mismo tiempo que aflora la acuosa mirada transparente que traspasa ingrávida por encima de los desechos abandonados con la vanidad.

No es la limpia simpleza de la superficie lugar donde buscar otra protección que no sea la que pueda dar un espacio inmenso y vacío que es ninguna. Pero mientras nada ni nadie agiten su tenue piel no se puede desear otra cosa que tanto complazca al que se agotó en turbulentas aguas, aunque bien se sabe que al fin, siempre acabamos queriendo que algo se mueva y esta apremiante voluntad, motiva al punto, aparato de tormentas.

10 comentarios:

alida dijo...

A veces necesitamos esquivar nuestro tiempo, añoranza e ilusión por algo, siempre necesitamos
Del calendario quitaría otro mes
La imagen explica tu momento
Un fuerte abrazo

M. Domínguez Senra dijo...

Me parece que creo reconocer ahí las tinieblas. Yo, a las mías, que me invaden a veces a media noche, las exhorto tomando una copa de agua.

Anónimo dijo...

Suele tener mejor gusto como ceremonia el entierro más cutre, siniestro o sórdido que cualquier boda por bonita que llegue a ser.

Por otra parte, lo que ha colocado a noviembre definitivamente a la cola de los doce meses es que encima empiezan a colgarle las luces de Navidad. Es lo que lé faltaba.

celebrador dijo...

Por el hecho de estar vivo me ocurre un entramado de sucesos

Pero mi menda no llamaría a eso "la vida"

Anónimo dijo...

Debe tener ud. la cabeza fatal con tanto reconcomerse.
Ahora es tiempo de setas y el campo sienta muy bien (risas)

cordiales saludos

FPC dijo...

Yo, desde luego, no quitaría noviembre. No estaría yo aquí. Pero puedo entender ciertas desolaciones o abatimientos.
Saludos.

Índigo dijo...

El cuadro es pura vida. Y eso ya es bálsamo. Exquisito.
Abrazo

TICTAC dijo...

El subconsciente tiene evidentemente sus reacciones de defensa. Nos protege tambien de los colores y de los recuerdos a ellos asociados...hay personas que sufren de cromatofobias...sin llegar a ese extremo si’ entiendo lo que sientes...noviembre con sus nieblas y sus grises evoca la celebracion de los difuntos, del frio que llega y del aproximarse de la ultima estacion de la vida...pero yo en ello le veo poesia, aunque yo viva afferrada a los colores. Para mi el gris es el color de las neuronas.. El color que piensa, que me abraza mientras tomo decisiones por eso me habla en silencio y yo medito mientras los ojos de mi mente no se distraen y miran lejos...muy lejos..
Tu insomia te sirvio’ para escucharte y producir esta bellisima analisis..que como relato nosotros disfrutamos para pensar.

Un abrazo Cerillo!

fgiucich dijo...

Las palabras ,no siempre son suficientes para salir del pozo y afrontar las tormentas. Se hace necesario levantar la autoestima, revalorizarnos a tambor batiente y salirle al toro de la mejor manera. Abrazos.

M. dijo...

El insomnio es una tortura muy productiva. Probablemente la única. Un abrazo.