08 febrero 2010

Geografía vital

Meritxell me entrega un DIN-A 4 para que le haga un dibujo abstracto que represente el espacio por donde he circulado, por donde ha transcurrido mi experiencia vital. La cosa tiene gracia porque, reflexiono, ¿no es esto lo que he descubierto hacemos toda la vida, buscar, adaptarnos a una geografía íntima donde sentirnos cómodos? ¿Poder subir a un taburete y orgullosos vocear éste soy yo, éste es el reflejo de mi actividad vital? Claro que yo hablo como artista plástico y para mi, la pregunta no tiene doblez, así es que voy y pinto cualquier cosa, esto mismo que encabeza mi escrito y que resulta que es mi último dibujo, y en él se encuentra un detallado mapa de lo que ahora es mi geografía vital. Pero, ¿qué busca Meritxell, licenciada en bellas artes y futura antropóloga? ¿Encontrar en el hombre moderno los rasgos abstractos que los prehistóricos pintaban o rayaban en los salientes de roca o en las cavernas, o el mundo que ocultan los automáticos dibujos de oficina a los que mi gusto ha sucumbido?

Conceptos, teorías, he aquí el mapa físico donde se establece el actual campo de batalla en el mundo del arte.

Me bajo del taburete donde voceé mis logros para sentarme a suspirar por las pérdidas y reflexiono que el concepto viene a ser para el arte como la especulación en la economía, una cosa que da beneficios sin el engorro de tener que producir riqueza, sin la necesidad de labrar obra. Y, ya puesto, como me he sentado cómodo en el taburete, las piernas abiertas, los codos sobre las rodillas y las manos enmarcando el rostro, me permito el lujo de pensar en el minimalismo, que es un paso anterior al concepto puro. Vete a saber donde está mi territorio. El caso es que no puedo alejarme de lo que me absorbe, mi geografía, donde cualquier atisbo de equilibrio se encuentra seguro en el siguiente rasgo, en la siguiente acción, en el siguiente ataque, aunque poca fe tengo en ello. Una vez asumes que la vida se establece a partir del desequilibrio, qué mejor que el caos como modelo de geografía. No seré yo el que doblegue su prolífica capacidad de desorden.

Pero no piensen mal, me gusta, adoro el orden. No encontraremos en parte alguna la seguridad que emana del orden, de lo que se establece sin sombras, la poderosa fuerza de la perfección cuando muestra con orgullo que esto es así porque no puede ser de otra forma. El orden puede llegar a ser muy convincente, y de hecho me da por pensar que es el único que tiene alguna posibilidad de convencernos. De hecho, hace años que debiera haber sucumbido a su encanto y ahora sería un hombre de orden, y no un desnortado, como es el caso. El problema del orden es que deja poco espacio a la imaginación, y puede encorsetar de tal modo que en vez del pretendido equilibrio convierta su rigidez, la comodidad en sudario. Ya descansaremos al morir.

Así es que veo el minimalismo como muy franco, todo se ve muy desnudo, sin ninguna doblez, como sin trampa, como poca cosa, es aquello de mover aquella piedra en un campo de arena arado y caer en satisfactorio trance. No sé porqué se extraña Moneo si el cardenal, para dar algo de vidilla a su elemental catedral, pone unos cuantos relicarios kitsch en medio de tanto diseño serio.

Si, me gusta el orden, pero tanto el orden como el equilibrio del que tanto presume la gente de bien no dejan de ser un aburrimiento, un solemne tostón. Así, me gusta pensar que el diseñador famoso sale escopeteado de su residencia, de su mínima nadería a cualquier sucio e infecto tugurio para sentir o sentirse con vida.

Tenemos lo de siempre, unos pocos y simples elementos que combinados hasta la saciedad por la acción especulativa del caos, se conviertan en absolutos y, como muestra de tal desvarío, estamos nosotros mismos que, para podernos aproximar a lo que somos, necesitamos montar un tinglado a base de imágenes, que, para poder acercarnos a nuestra naturaleza, ideamos una infinidad de conceptos que solo llegan a esbozarnos ligeramente.

Ay, encontrar el concepto perfecto, esto me parece que es la fórmula que andan persiguiendo los físicos teóricos desde Einstein para poder contestar sin problema todos los enigmas planteados.

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