01 enero 2007

Un puzzle de yo



Hay por ahí (en los blogs) muchos filósofos y a casi todos admiro. Los leo con atención y aprecio la justicia de sus razonamientos. Deploro no haber leído aquellos filósofos que por sus citas concuerdan mejor con mi pensamiento. Me quedé corto de tiempo y más corto de ganas. Temo también, que no tenga la agudeza necesaria para entender según que argumentos. El caso es que no leo ni veo que lea en un futuro inmediato textos enteros ni de ensayo ni de ficción. No obstante, esto no es óbice para que mi mente construya relatos relativos a los temas fundamentales de la filosofía, si bien, a mi simple estilo y con poco fundamento.

Tendré que pasar por el médico si quiero evitar estos preámbulos justificadores.

Lo veo todo como dibujo, parábolas de imágenes que aparecen como relato de un sueño. Necesito este soporte para mis razonamientos. El yo, es traje o rompecabezas o animal hambriento.

Se puede pensar en el yo o en otros conceptos cuando la tripa esta callada. Sin esta condición no hay argumentos que valgan, primera imagen.

No me para el yo quieto. Nunca fui el mismo de ahora. Por más que recuerde muchas anécdotas, eran de otro sujeto y el presente no lo atesoro pues constantemente se me va, segunda imagen.

El sueño: nos vemos en la necesidad de armar un retrato convincente de nosotros. Lo hacemos a menudo como si de un puzzle se tratara, con el piloto automático puesto y con las piezas que nos sirven desde todos los medios, construimos un bonito perfil útil para nuestras relaciones de sociedad. Pero queda por elaborar el siempre desabrido, el siempre descompuesto yo íntimo. Así pues, recogemos una montaña de piezas sueltas de muchos lugares e intentamos apaciguar con entereza el yo que nos sustenta. Como con los puzzles verdaderos lo montamos a rachas, encajamos las fichas a veces veloces y otras muy lentos y en muchos casos cansados paramos un tiempo. La imagen nunca se perfila nítida y menos aún entera, siempre parecen faltarnos piezas esenciales.

Si por un azar milagroso un día nos levantamos con la imagen completa, desde este mismo instante de gloria o deja de interesarnos este aspecto y empezamos la búsqueda de uno nuevo o quedamos expuestos para siempre a la lamentable fatuidad y rigidez de los objetos.

10 comentarios:

Índigo dijo...

El yo nunca es definitivo, al menos para cada uno de nosotros. Si acaso, los que intentan fijarlo, los que arman el puzzle, son los demás, nuestro entorno.
Me gustan tus dibujos, tus textos y tus preámbulos.
Saluditos

Zebedeo dijo...

Si por casualidad no lo has leído, sobre el tema que tratas en tu post, te recomiendo "El lobo estepario" de Herman Hesse, no es filosófico pero te hace pensar mucho en esos yo interiores.

Feliz año 200000000007

bajamar dijo...

Una vez le oi decir a alguien, que no era filosofo creo, aunque tal vez si, porque en realidad todos lo somos, porque descomponiendo la palabrita filosofia, ésta quiere decir amor por el saber, o el conocer, algo que es inherente a nosotros, no sé si solo a los humanos. Bueno, el caso es que este señor dijo que no hay peor cosa que la busqueda constante de un yo, o de un si mismo, que ese ejercicio en que nos metió o heredó freud, quien, a todo esto no es santo de mi devoción, es un acto tremendamente desintegrador. Porque somos en el todo. Somos simplemente, cómo andamos, o cómo anda uno en este trayecto, que no tiene porque ser vertical o recto, esa es otra historia, es otro cuento. Pero ser, simplemente ser en esta conjunción, o confución de elementos que es la vida, me hace mayor sentido que tratar de averiguar quién soy. Somos nada más (y nada menos) Me parece interesante este tema, y porque me interesa creo que hay que ir por la no agotadora desintegración y si por la aceptación y el caos.

un saludo, al filo de lo sofico .)

fgiucich dijo...

Ser nosotros mismos, autènticos, reales es tan difìcil como encontrar a la mujer ideal. Algunos arman su rompecabezas con cierta delicadeza, otros, màs ambiciosos lo hacen "for export" y asì vamos viviendo. Muy bueno lo que has escrito. Abrazos.

Laura Almirante dijo...

Yo soy yo, y tu??
Creo que este post es, en si mismo, todo filosofia. Feliz año!!!

Peggy dijo...

En realidad , hasta el yo es cambiante , somos hijos de nuestro tiempo , para mi el unico aforismo , es el simple de delfos , conocete a ti mismo , yapartir de ahi desrrolla tu vida como quieras , nunca deja ser la existencia una invencion personal , ahi esta el encanto , como siempre me gustan tus post :)

Acus dijo...

Dentro de mí, no encuentro ningún puzzle, pero sí un laberinto lleno de callejones sin salidas, puertas dibujadas sobre la pared, muchas entradas y pocas salidas..., eso sí, con fuentes para beber por todo el recinto, con flores dispersas por doquier, y con música de fondo. De todas formas, si se está a gusto, ¿para qué salir?

De todas formas, tú eres un puzzle con tus piezas bien pegadas. Tu pieza de la creatividad, se enganchó con la pieza de la reflexión, y esta última se unió a la pieza de la constancia. Así, pieza por pieza construíste el puzzle de "tú". Tú eres un puzzle de piezas, pero tú, habiéndote completado, y siendo puzzle, vuelves al inicio, pues sigues siendo tan solo una pieza del puzzle "nosotros".

Un beso Cerillo

Unknown dijo...

Que otra cosa somos, sino un puzzle.
Los dibujos, fabulosos los dibujos.

Lienzo dijo...

Hacer un retraro convincente de nosotros mismos ante nosotros mismos es el trabajo de toda la vida.

Anónimo dijo...

Es como reunir las letras de un poema disuelto. Son partes del poema pero no partes de su significado, el significado sólo se da con el poema completo, el cual no tienen que ver ni con las letras ni con las palabras que forman.