06 abril 2009

Un discreto silencio


Hubo un tiempo en que la discreción gozaba de prestigio, hablo de hace mucho tiempo. Hoy la discreción se verá como tara en quien la cultive. También existe lo de dejar morir con discreción cualquier cosa, sin hacer demasiado ruido, como este mismo espacio. Pero hoy necesito hablar desde el desconcertante estado aquel en que, por desgracia, no tengo nada que decir.

Estoy cortejando una crisis, bailo con ella, podría ser de identidad, pero es otra cosa. Se me amontonan latentes crisis personales azuzadas por las otras crisis que inmisericordes nos golpean. Imperceptibles las cosas cambian, se me acabó el gel en la ducha y aproveché al cambiarlo para coger una maquinilla nueva de afeitar y recordé que debo afeitarme durante un tiempo con cuidado para que la maquinilla nueva no me lastime la cara. Mañana cuando ya habré olvidado la novedad caerán unos sangrientos cortes donde repetido tropiezan sus afiladas hojas.

Como en un hormiguero tenemos el mundo atestado de larvas, de larvas de crisis. Las crisis larvadas guardan silencio mientras se alimentan voraces en cualquier agujero. Puede el mismo vociferante silencio ser sintomático de que se cruzarán indeseadas en nuestras vidas revolviéndonos seguridades con cambios decisivos.

Pueden contarme e intento creer optimista en la bondad purificadora de las crisis como pretenden convencerme algunos sabios, pero por más que me esfuerzo en positivo los cambios son como terremotos, cuesta creer que alguien los desee, que puedan llegar a ser experiencias positivas..

Creo en la soledad y el silencio grandes y en este desierto intento llegar a un fondo sólido donde asentar los pies para poder luego andar hacia algún lado. No está garantizado que topes con el. También en las crisis de afuera andan buscando, los que se creen que son sus gestores poder tocar fondo, hacer pié, encontrar el limite aquel donde más bajo es imposible caer y empezar a construir otra cosa, o la misma, que ya es de redomados imbéciles reconstruir lo que se cayó con estrépito.

No tengo nada que decir, pero esto no implica que no desee más que nunca hacerme sentir. Este personaje parásito que alimento piensa que tiene algo importante que decir de vez en cuando, aunque ahora no sepa con precisión que y por esto guarde silencio. La sensación de que tienes algo que decir, es en cierto modo balsámica, es un punto de autoestima robado de puro milagro a la nada, mientras andas con los pies inanes bien lejos del suelo.

La tristeza, es una desnuda laguna de grises aguas turbias donde es difícil encontrar reparador descanso, bien apoyada estuvo por los desapacibles días de este largo invierno. He soñado con soles y lunas, con plácidas y templadas noches que llegaran sin duda a su tiempo, majestuosas, pero no sé si entonces voy a ser capaz de encontrar, para atenderlas, el camino que me aleje del desolado paisaje con que me aprisionas, tristeza.

4 comentarios:

M. Domínguez Senra dijo...

La tristeza es lo más parecido a la euforia, a veces. De las crisis se puede salir renacido y desnudo de lastres que no interesan a nadie.
Un saludo.
*

fgiucich dijo...

Creo que estamos todos inmersos en una crisis muy profunda que va desde la soledad a la tristeza, del bolsillo a la incertidumbre. Será necesario aplicar aquello de que hay que desensillar y esperar hasta que amanezca? Abrazos.

Índigo dijo...

Magnífico post y precioso cuadro.
Ánimo, a batallar, a batallar hasta enterrarlos en el mar.
Un Saludo.

Luna dijo...

Hola..
Me gustaría contarte una pequeña historía.
Hace largo tiempo, trateando por las bitacoras, vi un dibujo, me sorprendí gratamente.
Cuando leí el título del blog, no me sorprendí de nada, me reí.
Santo y seña de una persona estupenda, aunque creas lo contrario.
Hoy, como añtaño, ser discreto no es un lujo, es una forma de ser, aunque ahora, me lo salte a la torera.
Eres un poquito vago, no contestas comentarios y eso me parece mal.
Leo todo lo que escribes, me interesa, me gusta y disfruto, aunque no comente nunca.
Disfruta de ese minuto de gloria de contestar comentarios, es estupendo, te lo aseguro.
Un día me lo dijeron " disfruta de ese minuto o de ese cuarto de hora, es tuyo, sólo tuyo"
Pues es verdad..

Saludos.
Dama Ginebra