Podemos
interiorizar deseos que no se correspondan con la realidad. aunque a
veces, casualmente, se cumplan. Responden estos, a una fe ciega, a
una habitual querencia de que el mundo se adapte a nuestros
objetivos, a nuestras necesidades. En este caso los deseos pueden
dejar de ser razonables y aunque sigan valiendo de acicate se
convierten en freno u obstaculo para tirar adelante con alguna
posibilidad de éxito. Los deseos cuando pierden la referencia de la
realidad se vuelven esteriles y estropean nuestra fina intuición de
lo que es útil. Quizás este sea el peor fracaso pues los elementos
contra los que luchamos ni se enteran. Meamos fuera de tiesto. No hay
dignidad posible en esto. Los políticos que tenemos se habrian de
aplicar el cuento.
1 comentario:
Me encantan todas las pinturas, enhorabuena. Son creativas, las haces tú? pk una me ha recordado a Klee.
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