14 agosto 2013

Recompensas complicadas


Matilde me habló de un prodigioso pájaro que queria ser cazado. Leo por ahí que la mejor recompesa está en dar. Ni lo uno ni lo otro es tan fácil como parece, que el verdugo se vuelve víctima y los favores luego pesan como losas.

Aprendí que es bueno mostrarse vulnerable, no para la compasión, sinó para evitar espantar a las víctimas de nuestra inagotable generosidad.


Y a falta de hombres, favorecemos a los dioses.