25 noviembre 2006

Viendo la tele por el rabillo del ojo




Digo, no veo la televisión, quizás para protegerme de su acoso. Pienso en aplastarla, relegarla al olvido, regalarla a un rico, pues solo se la debe regalar a un rico. Pienso que no la miro. Paso por su lado y busco un libro para joder, mostrándole el enemigo. Al mismo tiempo me relajo en horas sin muertos.

Que laberinto el mío. Detesto la duda, pero sé que he de mantener esta ignorancia para tensar el alma. Esto es divertido aunque no lo parezca. Ando como el niño que dejó de ser gracioso, de aullar por ternura, pero quedó ignorante y me mantengo de esta guisa desamparado. Todos podéis aleccionarme pero sólo me descubro con la sabia llaneza del que lo da ya todo por perdido. Soy orgulloso y cretino, no lo tengo por gusto. Pinto y puedo disculparme de este extravío que atesoro desde niño, no amasé esta virtud o defecto como quien hoy cata vino yendo a cursillos, haciéndose del club del racimo, la orden del talento, una secta espiritista, los amigos del dinero, del lujo, de las mujeres, del fútbol.

Pues no, no quería hablar de esto. Pero no pienso disculparme. Quería quejarme sin delito. Y esto digo: Miro la televisión por el rabillo de un ojo crítico y me sonrío o río y continúo riendo siguiendo cualquier hilo. Miro los productos que me venden y digo y digo y redigo hambriento de morder a este enemigo: ¡Cuanto talento malgastado o perdido en querer acomodar con perfidia nuestro gusto y recursos en satisfacer este mundo opulento de cuatro, cien, mil, un millón de usureros que acumulan todo su rédito! Nada mas entiendo, ni entender más quiero.

19 noviembre 2006

Dos escaleras



He de hablar de dos escaleras

Una, es escalera de peldaños,
dibujada de un solo y grácil trazo
que se encarama como dudando
a cimas desconocidas.
Tiene sed de apagar fuegos,
de quemar orillas,
de secar lágrimas quietas

La otra más triste, solo lleva
a habitaciones solitarias
y cruza mi corazón de
una angustiosa melancolía zigzagueante,
en ellas,
siempre estas tu pensativa,
al borde de la cama,
bellísima, inabarcable,
inabordable en la ensimismada
frontera del ensueño

11 noviembre 2006

Laoar estudia ciencias pero Cerillo dice que es de letras



el dos 2/ es un número amarillo. a mi me lo parece. será por culpa de los que creen que el dos es un pato. amarillo pollo. que no amarillo pato. puede que amarillo pollito de pato. a mi padre le dices pato y a la cabeza le viene paté. que no paté. paté es la palabra que asimila a foie mi-cuit. a mi mi-cuit me recuerda a Francia/la France. por la palabra en si, no por el sabor del foie mi-cuit. que además es muy caro. el mi-cuit da medio_asco por eso de estar medio_crudo. yo cuando pienso en algo crudo me viene a la mente un bistec. un bistec o una lechuga. esa clase de bistec que comen los franceses con lechuga. la lechuga supuestamente hace bonito. hay gente que la lechuga de hacer bonito se la come. sangrando en el plato el bistec. pobre bistec. y la gente comiéndose la lechuga. a mi es que las croquetas me gustan bastante. me gustan las croquetas algo. lo que más me gusta de las croquetas es que estén tostaditas. eso y que el pollo en si, como que no se ve. a saber que parte del pollo meten en las croquetas. en general lo medio_crudo da medio_asco. la parte del pollo que meten en las croquetas es posible que dé asco. a saber lo que meten en las croquetas.

El foie mi-cuit es higado de oca, pato o ganso, de los que están gordos, en general.

el cuatro es un número verde. no, mis sillas no son verdes. el cuatro a veces es azul. pero cuando el cuatro es azul es blando, como gelatina. a veces el cuatro azul se desmorona. un poco. por eso el cuatro tiende a ser verde. tiende al verde por una ley extraña como esa de los gases. los gases quieren ser nobles. pero todos sabemos que los gases necesitan airearse. el cuatro se tiene que repintar de vez en cuando. al cuatro la pintura le salta a pegotes, como escamas. pero no sabe nadar. el cuatro se hunde, con orgullo, pero se hunde. el cuatro es muy de estarse en un rincón. en un rincón no_triangular no_redondo. al cuatro los rincones que más le tiran son los rincones cuadrados. los rincones cuadrados de angulos rectos.

Los gases nobles son los que no tienden a reaccionar con otros elementos. No son promiscuos.

hay un 4 llamado “that was my veil”.es un cuatro color de tacto de piel de melocotón semi_maduro. este cuatro es un 4 canción. los cuatro_canción son mis favoritos. aunque los cuatro_futbolistas del barça también me gustan. me gusta el cuatro naranja que ganó la copa de Europa. los cuatro no siempre se quedan en los rincones cuadrados. pero este cuatro_canción sí. se queda en el rincón pero sale por la ventana y vuelve a entrar. o se tumba en la cama y sale por la ventana y vuelve a entrar. o a veces se esconde debajo de una mesa y se mete por los cajones. es como un tentáculo este cuatro con color de tacto de piel de melocotón semi_maduro. y presume de ser amargo también el cuatro. de miel amarga. a este cuatro los decibelios le empujan arriba arriba, hasta que sale por la ventana lo empujan. a los decibelios este cuatro les gusta, les gusta tanto que lo empujan arriba arriba hasta que sale por la ventana o se mete en los cajones.

04. that was my veil
lyrics by Polly Jean Harvey
music by John Parish
Dance Hall at Louse point CD
That was my veil / that was my time / once held secret / but now lies

07 noviembre 2006

El arte y el desliz


Sé por experiencia que lo que más singulariza al artista es la mirada. La mirada física y la mirada intelectual. En la primera mirada prima la atención descontextualizada y en la segunda la reflexión sobre el objeto.

Vivir no da para mirar, ni tan siquiera el paisaje. En la vida no se anda como se pretende desde tiempo inmemorial sino que se desliza a diferentes velocidades y para más datos cuesta abajo. Lo que la leyenda social pone como una ascensión a no sé que cumbres es en realidad una caída sin frenos hacia un abismo desconocido. Es cierto que casualmente, para recuperar el resuello, conseguimos parar tal como el esquiador dominguero. Con tiento y el correspondiente esfuerzo, nos quedamos quietos, penosamente guardamos el equilibrio, respiramos hondo y echamos una rápida ojeada al paisaje y a lo que nos rodea. No sé si a estos momentos se les puede tachar de reflexivos, dependerá probablemente de cada individuo. Lo cierto es que estos son los únicos momentos en los que los sentidos tienen la atención liberada.

Este es el mundo del arte. El arte demanda al espectador reposo y mirada, y lo que el individuo no se permite en la vida cotidiana (está ocupado deslizándose hacia el abismo), parar, lo consigue el arte. Lo que no es capaz de ver, ni de oír, ni de sentir, por tener la atención ocupada en necesidades más perentorias (el equilibrio), el artista se lo muestra cuando esta relajado, y le asombra. Probablemente por esto es tan importante el arte, crean unos instantes en el que somos concientes de lo que nos rodea. Aunque alejados de nuestro ámbito y fuera de nuestra actividad deslizante natural siempre acabamos por pensar, estos tíos están locos, y volvemos a lo nuestro, que es esquiar con denodado esfuerzo y dispar estilo hacia este hoyo desconocido.

03 noviembre 2006

La casa


Cerillo, Naufrago, Ene, Laoar, yo misma Josefa y Misto el perro miramos por la misma ventana y todos vemos mundos distintos. La narradora (ya era hora) se percató de esto, sin esta cosa elemental sé ahora que no se puede ser narradora. Llegué tarde al oficio, no hay tiempo de aprender, lo mío quedará en monólogo.

Desde que me quedé en casa, salvo esporádicas y contadas salidas, veo el mundo desde la ventana y con este universo se llenan mis horas. Cuando dejo de mirar el mundo de fuera, quedo con el mundo de dentro, este, no es más que la casa e interminables reflexiones de lo que vi.

Me percaté que casa es un mundo complejo. Se debe tener cuidado.

Voy hablar de casa, un ejercicio y un dilema.

La casa no la ve quien vive en ella, sea la que sea, lujosa o miserable o todas las gamas intermedias, aun creo una choza de la misma África, nada se ve. Bueno, un poco, Ene, la intendencia, que falta esto o aquello, que se debe ensanchar, pintar, embellecer, que hay goteras, problemas prácticos a resolver, que hace frío o calor y lo hemos de evitar, pero todo esto sólo sirve para hacerla más y más invisible. Es como tu cuerpo, sabes que existe cuando duele.

Disfrutas de sus comodidades, de su reconfortante seguridad, de su tranquilidad, pero la característica fundamental de la casa es que es predecible. Es territorio sin sorpresas (salvo las domésticas).

Si no cumple lo de predecible no es casa. Sin casa se malvive.


Los sentidos, alerta todo el día, están en descanso o duermen. No ves, solo miras. Mirar es como el soporte para pensar. No ves y piensas, pones en orden todo el día y si no estás solo y quieres guerra, ahí está la familia.

Con los sentidos adormecidos y nuestras rutinas, las noticias de afuera nos vienen filtradas por los miembros de la familia que están dispuestos al balance y la crítica.

Lo comenté en la hora de una cena y asistieron aburridos.

Se cerró con la noche la ventana de afuera, la de dentro la saturé, la ventana tonta va cada día a peor, hoy me queda solo esta nueva, la blogosfera.